Esta receta me la pasó mi amiga y ex compañera de trabajo Luisa. Yo ya había tomado muchas veces la leche frita desde que era una niña porque era uno de los postres que más se hacían en casa de mi abuela Esther. Desde que ella dejó de hacerla todas las que había probado no se parecían a su receta caseta, hasta que probé la receta de Luisa y me pareció volver a la infancia y a aquellos postres de la aldea de Camporrapado. Espero que os guste.
1 litro de leche entera
3 cucharadas de azúcar
4 cucharadas de harina de trigo
4 cucharadas de maizena
1 palo de Canela
La monda de un limón
Un poco de mantequilla
Así lo hago yo:
Se separa un vaso de leche y con el resto de la leche se pone a hervir con la monda del limón y el palito de canela para que coja sabor. Echar el azúcar y remover. Retirar la leche del fuego y dejar enfriar.
En el vaso de leche que hemos separado disolver la harina y la maizena. Cuando esté bien mezclado y sin grumos añadir la mezcla al resto de la leche. Poner de nuevo al fuego lento y remover continuamente para evitar que se pegue hasta que hierva.
Cuando lleve un ratito hirviendo añadir un poco de mantequilla. Retirar y verter la mezcla en una fuente retirando la monda del limón y la canela. Dejar enfriar totalmente para que cuaje bien. Podemos incluso preparar la masa el día anterior y cuando esté fría taparla y guardarla en la nevera.
Cortar la masa en cuadrados y rebozarlos en harina y huevo para freir en abundante aceite. Una vez frita escurrir bien el aceite y espolvorear con canela y azúcar. Se puede tomar templada o fría.
