No es que haya dejado de cocinar es que he estado demasiado ocupada y ha sido imposible dedicarle el tiempo que necesito a este espacio culinario. Pero después de la disculpa ahí va una de las últimas recetas que he hecho.
Lo que necesitas: (4 personas)
- Cuatro calabacines medianos
- Cuatro lonchas de mozarella
- Una lata grande de atún
- Queso rallado para gratinar
- Una cebolla mediana
- Aceite de oliva
- 1/2 vaso de vino blanco
- Sal
Así lo hago yo:
Lavar los calabacines y cortarle la parte superior. Con la ayuda de una cuchara pequeña o un vaciador sacar la carne del calabacín sin que se rompa la monda. Picar la carne del calabacín y la cebolla por separado. En una sartén poner aceite de oliva y sofreir la cebolla a fuego lento hasta que esté pochada. Incorporar el calabacín a la sartén y seguir cocinando, añadir el vino blanco y la sal. Escurrir el aceite de la lata de atún y añadir el atún a la sartén desmenuzándolo. Cocinar a fuego lento removiendo durante 8 minutos más. Por último trocear las lonchas de mozarella y añadirlas a la sartén removiendo para que se fundan.
Precalentar el horno a 200º. Colocar los calabacines vacíos en una fuente y meter en el horno a 180º durante 30 minutos para que se vayan cocinando. Sacarlos del horno y rellenarlos con la mezcla que hemos preparado. Cubrir la parte superior de los calabacines con el queso rallado y meter de nuevo en el horno durante 30 minutos más a la misma temperatura. Servir templados.
¡¡Buen provecho!!